Capitulo 6

Capitulo 6: Accidente.


Amy se despertó sobresaltada con el sonido de un trueno. Miró la ventana, afuera llovía a cántaros. Los árboles se movían para todos los lados a causa de la tormenta. Ella se encontraba tumbada en el sofá arropada por una manta. La noche anterior se tumbó ahí después de cenar y se quedó dormida. Lilianne y Eric no quisieron despertarla asi que la echaron una manta por encima y la dejaron durmiendo allí.
Amy se levantó y se dirigió a la cocina. Abrió el armario, saco un vaso y se echó un poco de leche. Se sentó en una de las sillas para tomársela cuando de repente oyó un ruido en la planta de arriba.
Amy no era muy miedosa que digamos pero después de lo que había pasado estaba dispuesta a encontrarse cualquier cosa. Dio otro sorbo a su leche cuando volvió a oír otro ruido, algo parecido a un crujido. Definitivamente estaba muerta de miedo. Cogió un jarrón que había encima de la mesa, para tener algo con que defenderse por si acaso. Volvió a oír otro ruido y se levantó. Caminó de puntillas en dirección a la escalera. De repente, se oyó un trueno y la luz de un relámpago iluminó la habitación por un momento. Ella casi se desmaya de un susto.
-Amy -dijo una voz a su espalda.
La chica pegó un grito y se giró para darle con el jarrón a la persona que se encontraba detrás de ella.
-¡Ah!
Amy se quedo paralizada. Quien estaba detrás era Eric. ¡Ay Dios! Le acababa de pegar un buen golpe con el jarrón. La frente del chico sangraba.
-¡Ay Eric, que susto! Perdón, perdón, perdón. No sabía que eras tu -dijo nerviosa.
-¡Ah! -exclamo Eric dolorido.
Amy le miró. Por culpa de sus miedos ahora Eric tenía una buena herida en la frente y la culpa era de ella.
-Ven, siéntate.
Eric no dijo nada, ambos se sentaron en las sillas.
-¿Por qué me has pegado con ese jarrón? -dijo el chico llevándose la mano a la frente.
-Me di un susto, no sabía que eras tú, perdóname -contestó ella con la voz quebrada -espera un segundo.
Amy se levantó y empezó a mirar por los armarios buscando un botiquín. Cuando lo encontró, lo cogió y volvió a sentarse junto a Eric. Sacó agua oxigenada, gasas y betadine para curarle la herida.
-¡Ah! ¡Escuece! -exclamó Eric con una mueca de dolor.
-Estate quieto, sino no puedo curarte.
Cuando terminó le puso una gasa con esparadrapo para tapar la herida y se levantó. Fue al congelador para coger hielo y ponérselo en el chichón que se iba hinchado.
-Ponte esto para que no se te hinche -dijo dándole el hielo envuelto en un paño.
Amy estaba al borde de las lágrimas.
-Lo siento por haberte dado, yo estaba asustada y no sabía que eras tu y... -la voz se le quebraba al hablar.
-Tranquila, no pasa nada, estoy bien -dijo Eric dedicándole una sonrisa tranquilizadora.
Amy forzó una sonrisa también.

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A la mañana siguiente Lilianne se despertó bastante tarde. Eran las once y media de la mañana. Miró a la cama de al lado. Amy no estaba. Entonces recordó que la habían dejado durmiendo en el sofá la noche anterior. Se levantó y bajó a la planta de abajo.
-¿Amy? -dijo.
Al no obtener respuesta dio por hecho que estaría aún dormida así que se fue a la cocina a hacerse el desayuno. Mientras metía el pan en la tostadora sintió que alguien se levantaba del sofá.
-¿Ya estas despierta? -dijo sin darse la vuelta.
-Ejem, no -rio una voz tras ella.
-¿Eric? -se giró -¿Qué...?
Los ojos de Lilianne fueron directamente a fijarse en la herida que el chico tenía en la frente.
-¿Qué te ha pasado? -dijo acercándose un poco asustada.
-Ah, ¿esto? -contestó él llevándose la mano a la cabeza -No es nada, anoche me tropecé en la escalera y me di con la barandilla.
-¡Oh! ¿Te hiciste mucho daño? -Lilianne tenía los ojos como platos.
-No, no es nada -dijo Eric queriendo quitarle importancia.
-¿Pero te curaste la herida?
-Amy me la curó.
Lilianne no entendía mucho. ¿Qué se había perdido mientras dormía?
Entonces Amy se despertó también y se levantó.
-Buenos días -dijo yendo a la cocina con ellos.
-Buenos días -contestó Lilianne.
-¿Esta mejor tu herida? -preguntó dirigiéndose a Eric.
-Si, ya me duele menos.
Los tres se sentaron a tomarse el desayuno.
-¿Y como te tropezaste? -comentó Lilianne mientras se comía sus tostadas.
Amy miró a Eric extrañada.
-Ejem, pues... -el chico no sabía qué contestar -es que iba medio dormido.
-Pero... -Eric no la dejó terminar.
-Bueno, pero no fue nada el golpe -dijo mirando a Amy.
La chica se quedó callada y terminaron de desayunar. Lilianne se fue a ducharse cuando acabaron.
-¿Cómo que te tropezaste? -dijo Amy mirando fijamente a Eric.
Él se sentó en el sofá esquivando la pregunta. Amy se sentó al lado.
-¿Por qué has dicho eso?
-¿Qué mas da? Me di un golpe y punto, da igual como. Además no ha sido nada -no le apetecía hablar del tema.
-Si da igual, ¿por qué lo dices?
Amy quería que la contestara. No entendía por qué razón no le había dicho a Lilianne la verdad, por qué se había inventado aquello.
-Déjalo.
-No, no lo dejo. ¿Por qué no le has dicho la verdad? ¿Por qué mientes?
Amy no iba a dejarle hasta que lo contara pero él ya se estaba cabreando bastante.
-¿Qué querías? ¿Que le dijera a Lilianne que pensaste que había alguien en la casa y que me pegaste con el jarrón porque te asustaste? ¿Eso querías que le dijera? Pero si querías quedar como una idiota es cosa tuya.
Eric se levantó cabreado.

-Eric, espera, no…

Él ya se había ido arriba. Amy suspiró. Se había pasado.